Muchos sabemos que a lo largo de la historia se han dado numerosos casos de mujeres pioneras y con grandes talentos que han quedado a la sombra de otros hombres.

Ada Lovelace es considerada la primera programadora de la historia. Sus notas describen un algoritmo de computación (primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina) al que no se le dio la importancia que merecía hasta 100 años después. Fue ella quien estableció la diferencia entre datos y procesos, esencial para la computación, abriendo así el camino a la ciencia informática.
 

Las programadoras del ENIAC

El ENIAC (Electronic Numerical Integrator And Computer) es considerado el primer ordenador electrónico programable de la historia, cuyo proyecto nació en plena Segunda Guerra Mundial para realizar los cálculos de disparos de proyectiles. 

El ENIAC se programaba sobre el papel para, posteriormente, aplicar lo diseñado al aparato por medio de interruptores, cables y soldaduras. Llevaba días realizar un cambio pero era capaz de reproducir complejas secuencias de operaciones, incluyendo, entre otras tecnologías, bucles y subrutinas.

Los ingenieros a cargo del proyecto y los que habían construido el hardware, fueron los que pasaron a la historia como creadores de ENIAC. Sin embargo, hubo seis mujeres encargadas de construir el software del ENIAC, es decir, de pensar y escribir los programas de cálculo de trayectoria balística que debía realizar el ENIAC.

Estas seis mujeres fueron Betty Snyder Holberton, Jean Jennings Bartik, Kathleen McNulty Mauchly Antonelli, Marlyn Wescoff Meltzer, Ruth Lichterman Teitelbaum y Frances Bilas Spence. Eran matemáticas especializadas en programación cuyos nombres fueron silenciados durante décadas al ser consideradas profesionales de segunda por el simple hecho de ser mujeres y que casi nunca aparecen en los libros de historia de la informática. Ellas sentaron las bases de los modelos de desarrollo de software para el futuro y fueron, a lo largo de su vida, las creadoras de los primeros conjuntos de rutinas, de las primeras aplicaciones de software y de las primeras clases programáticas.

Antes de la existencia del ENIAC, los cálculos de las tablas de balística eran realizados a mano por 80 mujeres matemáticas, que resolvían también a mano las ecuaciones diferenciales. La Armada de EEUU las llamaba “computadoras”.

Estas seis mujeres fueron seleccionadas de entre las 80 “computadoras” para realizar el mismo cálculo, pero usando el ENIAC. Ellas debieron programar en lenguaje de unos y ceros sin ningún tipo de ayuda ni manuales de programación. Por si eso fuera poco, únicamente disponían de la documentación del cableado de la máquina realizada por los hombres, y además, se les era negada la entrada a la sala del ENIAC (por seguridad militar), hasta el momento que tenían todo preparado para la programación física. Habían sido contratadas para “un trabajo que requiere esfuerzo físico, creatividad mental, espíritu innovador y un altísimo grado de paciencia”, según la organización Women in Technology. Sin embargo, fueron olvidadas.

Cuando en 1946, el ejército de EEUU hizo pública la existencia del ENIAC, en un evento donde se mostró el inmenso poder de cálculo de la máquina, ellas, no fueron nombradas.
 

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Foto de cabecera: Enjoc
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