El primer informe del recién creado Observatorio de la Diversidad en los Medios Audiovisuales (ODA) inspirado en los estudios anuales que publica la famosa asociación estadounidense activista LGTBI Gay and Lesbian Alliance Against Defamation (GLAAD), analiza las producciones españolas y cómo proyectan los personajes en términos de diversidad de género y diferentes sexualidades.

Solo un 6,2% de la ficción española muestra personajes identificados como LGTBI (GLAAD publica un 18,6% en las ficciones estadounidenses).

Los porcentajes de representación por sigla son:

  • Gay – 38,8%
  • Bisexual – 30%
  • Lesbiana – 27,5%
  • Transexual – 3,7%
  • Intersexual – Queda fuera de la representación
     

Acelarando la aceptación

Los cambios se producen en las conversaciones y en lo cotidiano y también en los espacios mainstream ideológicos como pueden ser la televisión e Internet. A pesar de haber más producciones que incluyen personajes no heteronormativos, la realidad es que en la mayor parte los papeles que interpretan a personas LGTBI o de minorías son poco significativos o muy estereotipados.

El informe de ODA destaca que menos de la mitad, el 46% de los personajes LGTBI, tienen un papel relevante que desarrolla un hilo argumental propio más allá del clásico conflicto de orientación sexual. Es decir, las producciones quieren cumplir con las cuotas que reclama la sociedad para no ser señaladas como poco inclusivas, pero detrás de esto no hay calidad, parece haber solo márqueting.

En este sentido hay una serie de recursos que han ido utilizado las ficciones a lo largo de la historia para incluir personajes queer en la ficción, representados a base de estereotipos, casi siempre maltratados y trasladando una imagen negativa.
 

Reproducción de esterotipos

El amigo gay negro

Es el nuevo tópico de las comedias románticas. Se trata de un personaje homosexual negro sin trama propia pero muy gracioso que gira alrededor de la pareja blanca heterosexual protagonista y que es utilizado únicamente como recurso cómico y frívolo (Sex education).

Es una nueva versión aparentemente más inclusiva y cool del clásico personaje mejor amigo y confidente de la protagonista (Cómo sobrevivir a una despedida).
 

El síndrome de la lesbiana muerta (Bury your gays / Dead lesbian syndrome)

Se le conoce al recurso narrativo utilizado para dar muerte a los personajes LGTBI en la ficción: en una producción con un elenco en su mayoría heterosexual, curiosamente los primeros en morir son los personajes LGTBI.

Los medios lo utilizan para eliminar gratuitamente a los personajes queer una vez que han resuelto su papel en la trama principal, normalmente después de confesar su homosexualidad, por lo que su aparición es como una especie de espejismo que se esfuma quedado solamente en anécdota para volver rápidamente a la linealidad heteronormativa. Un ejemplo de ello es el de Tara en Buffy La cazavampiros: una vez que se muestra abiertamente como lesbiana pierde la vida a causa de una bala perdida que no iba para ella. Otro ejemplo es el personaje de Fer, joven gay de la serie Física o Química que también es obsequiado con un trágico final a causa de un disparo.

Este recurso viene heredado del Código Hays, un sistema de censura creado en EEUU en 1930 y aplicado hasta 1967 que consistía en una serie de reglas que debían aplicar las producciones audiovisuales para poder ser proyectadas en pantalla. De este modo si se mostraba a un personaje con rasgos identificables como homosexuales entonces debía ser castigado con un final dramático. 

Traslada el mensaje de que si eres una persona LGTBI estás abocado a una existencia infeliz.
 

No demasiado gay (Not too gay)

La homosexualidad sigue siendo tabú al mostrar el afecto gay en pantalla. Los personajes LGTBI en muchas representaciones se muestran moderados tanto en las muestras de cariño como en las escenas íntimas.
 

Villano afeminado (Sissy villain)

Otra manera de limitar la inclusión de personajes con diversidad sexual a través del Codigo Hays era otorgar a los personajes roles malvados, depravados o moralmente inaceptables a los que se pudiera maltratar y castigar con un final ejemplarizante.

Estos personajes eran dotados de características o gestos que podían ser percibidos como LGTBI (Queer Coding).

Van desde personajes infantiles de Disney como Scar, en El rey león, que muestra gestos amanerados; Úrsula, la villana de La Sirenita, inspirada en la drag queen Divine; hasta el barón Harkonnen de Dune, villano homosexual que contrae una enfermedad contagiosa (lo cual se llegó a sugerir que podría ser una metáfora del sida).
 

La villana de La Sirenita
 

Referentes positivos

Afortunadamente en los últimos años hemos tenido más películas y series que muestran la diversidad sin clichés y con finales alternativos que no necesitan matar a un personaje para concluir una historia.
 

Call me by your name

Narra el despertar sexual del adolescente Elio y de cómo experimenta la intensidad del primer amor, todo ambientado en un verano idealizado maravilloso hecho para el disfrute. La relación de Elio con sus progenitores es admirable, llena de respecto y confianza y demuestra que no siempre existe un punto de conflicto y de ruptura intergeneracional.
 


 

120 pulsaciones por minuto

Relata la lucha de un grupo de jóvenes activistas seropositivos en la Francia de los 90. Es una película que no cae en el melodrama fácil a pesar de la dureza del relato y mezcla tristeza con momentos de exultación y felicidad. Sus personajes estan condenados a muerte pero luchan por sobrevivir y están llenos de esperanza.
 


 

San Junipero

Capítulo de la serie distópica Black Mirror que muestra la historia de amor de una pareja interracial de mujeres surgida en un entorno virtual. Es otro ejemplo de obra en la que la historia de los personajes LGTBI no tienen por qué terminar en tragedia.
 


 

Euphoria

Serie que muestra un retrato generacional de la juventud actual y de cómo ésta asume la diversidad con normalidad a diferencia de los adultos que parecen seguir arrastrando viejos prejuicios.

Unos de los personajes principales es Jules, una joven transexual que consigue dar naturalidad y visibilidad a la transexualidad y que tiene unas características más allá de su identidad de género. Es interpretada por Hunter Schafer, activista LGTBI que también ayudó en la construcción del personaje.
 

 

Para finalizar

Os dejo bailando con el hitazo inmortal e himno LGTBI de Smalltown Boy de Broski Beat, que también forma parte de la bso de la película 120 pulsaciones por minuto.
 

Foto de cabecera del artista Steve Aparicio
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